E N T R E C U E R D A S
2013
El origen de una idea
Lo importante es crear algo, darle vida a eso que nos despierta y de pronto nos asombra . Puede ser una linea poco visible que atraviesa el origen de los sonidos , la música o el silencio que no se revela .Puede ser un instante para reflexionar , el conocimiento , la maestrÃa , todo en una voz tallada a través de los siglos , el eco de las catedrales , la libertad de los pajaros .Puede ser una estructura elaborada , un cÃrculo abstracto de la naturaleza , un magnetismo indescriptible de todos los sentidos . Lo importante es que exista , que sea una idea que se desarrolle y se contagie con los deseos , que sea la locura y la calma , la angustia , la alegrÃa , la arquitectura y los espacios que podemos habitar .Todo está acá , la infinita belleza , los dones , la piel , el tacto , los placeres , el olfato , la inteligencia , el intelecto , el espiritu . Todo vuelve a ser una y otra vez la obra que eternamente se recostruye a si misma y luego se desintegra .
La angustiante confusión , las disonancias que viajan sin sentido y que luego se pierden para siempre . Lo que suena puede ser un infierno , un rio de ruidos que nos desmantela lentamente , y nos abandona en una oscuriad donde no hay sonido ni silencio , dónde no hay nada .
A. Cumplido
Anton van Dyck (1599-1641): Hombre con archilaúd
Abandonar la vida por un sueño es darle exactamente el valor que tiene .
M . de Montaigne
También el arte dionisÃaco quiere convencernos del eterno placer de la existencia: sólo que ese placer no debemos buscarlo en las apariencias, sino detrás de ellas. Debemos darnos cuenta de que todo lo que nace tiene que estar dispuesto a un ocaso .
Hay un esfuerzo del espÃritu de la música por encontrar una revelación figurativa y mÃtica, que va intensificándose desde los comienzos de la lÃrica hasta la tragedia ática, pero apenas alcanzado un desarrollo exuberante, desaparece, por asà decirlo, de la superficie del arte helénico: mientras que la consideración dionisÃaca del mundo nacida de ese esfuerzo sobrevive en los Misterios .
F. Nietzsche